lunes, 2 de enero de 2017

La Casa Muerta



         Yo quisiera estar entre vacías tinieblas,
          porque el mundo lastima cruelmente mis sentidos y
         la vida me aflige, impertinente amada
         que me cuenta amarguras.
                                         J.Ramos Sucre.
Lo inevitable,
la puerta indetenible
la casa paralela,
con la cual nos tropezamos,
sin escurrir el alma.

Aparece
y aquel mar asoma
su bramar sobre un azul cristalino

Estamos hechos
de esas puertas ínfimas,
de esas hendijas.


Aunque avancemos
por molinos de viento y olivos
hacia el mediterráneo,
o nos tropecemos con un galerón
frente
a las costas de Cumaná
aventados.
O si morimos
en los puntos medios,
sostenidos por nuestra miseria.
No faltará lo inevitable;
sus átomos de alquimia
Y no solo,
seremos formas,
expresivas, siluetas
movidas por el circo.
Toparemos con la tierra de los
tótem, invocándolos;
callan su reverberar
sus mitos,
nuestras raíces.
Estarán a lo mejor,
en los vitrales,
en alguna mesa
redonda de caballeros medievales.

Sueñan
sus parpados transparentes,
transcriben halos; papiros de luz,
se ciernen
en círculos opacos
.

Quizás  dibujen desde algún ritual  
los Cumanagotos,  
buscan hilar el instinto sideral 
entreabren  el cielo Shamánico 

¿De cuántas puertas y círculos estaremos hecho? 

Este día,  
          no me asumo en lo inevitable, 
en su duelo 
por alcanzarme y tropezarlo. 
Y es el tiempo 
me lleva ciego, 
ofusca su luna. 
Me hace sordo, roto 
mudo. 

Al final, me anuda 
a la intemperie, a la tempestad. 

Para no ver partir, 
para no devolverme 
ausente, muerto 

Hoy viviré en esos senderos, 
 me encuentro con la casa muerta 
sin puertas,  

sellada, abierta a lo inevitable

Luis Gilberto Caraballo
Poemario inédito. Espiral del mar

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