jueves, 17 de enero de 2008

Carta

A nuestro amor de una noche infinita, a la noche de siempre al encontrarme en la catedral de tu mirar

Para aquellos días donde me guardas en tu cofre y llevo el goce adentro en mi pecho y el saber que existo aderezado por tu sonrisa de nube blanca y caudal de niña amorosa.

Hoy quise, como todos los días adentrarme en tu mirada, en la ternura de tus ultimas palabras, cuando apenas bajas, y se hincha en mi la noche la luna tiene manchas por las horas del comienzo, del estar pensando en tus versos

Para ti, por tus versos de elevadas noches

Hay amores que nos llegan
con los días,
con ternura en los ojos
nos hacen jadear,
recordar la bahía
donde las ballenas pecan
y cuentan los hallazgos
más profundos del alma.
Se tocan
con sus olores de cuarto único,
sábanas de sueños
y una luz azulada
se amasija con la luna elíptica,
y la bicicleta
que nos compramos con la mirada
del niño cuando
volaba aviones con su estatura
pura
y llevaba en sus bolsillos
el día entero,
el mundo
y respiraba los versos,
junto a la lámpara quieta.

Hay amores que nos hacen extrañar
que vivimos aún en
nuestros pasos perdidos
en la búsqueda de unos labios
de canciones y noches.
Estos andan en las cúspides
y alguna vez nos atrevemos
nos dejamos
y quisiéramos no separarnos
abrazados en soledad
tenerlos en silencio, en secreto
con la ola suave que murmura el aliento
de la ballena del sueño,
cuando reposa del viaje
al atravesar el laberinto,
el océano de la memoria,
de la vida, de su quietud
y sube con burbujas sobre su lomo
la mirada de una proa de agua solitaria,
barco que busca
su amor perdido

Hay amores
que nos esconden de nosotros
y sacan la ternura sobre la boca
con palabras indecibles,
calladas
gimen
El atrevernos a volver
a la bahía
a la noche

Andar sobre aquella torre de porcelana
sobre lo oculto de nosotros
y andar en su marea.

Hasta alcanzar besar, domesticar el semblante de muchas paredes y miedos
Cuando al sabernos descubiertos con la luna en los ojos, recorriendo con los dedos las siluetas te encuentro, como una azucena en su aroma, en una fragancia donde sé que al día siguiente continuaremos en el viaje, en el río, que nos baña y nos limpia las heridas, las culpas de tanto andar en soledad, empeñados, haciéndonos, hasta el fin del beso eterno.

Luis Gilberto Caraballo

miércoles, 9 de enero de 2008

Ensayo Mujer Parísina


Luis Gilberto Caraballo:
“Mujer Parisina” Desde Venezuela Con Amor
(La Extrapolación Meta-Cubística)

Por: Orlando Alcántara Fernández (Cristorly)..
El artista plástico y escritor venezolano Luis Gilberto Caraballo ejerce su labor heurística a favor de una revisita al cubismo metapoético para reinventar la visión de una fémina idealizada mil veces ad infinitum en su lienzo “Mujer Parisina”. Cabeza y torso: Metafiguración extrapolada. La cabeza es torso y el torso no deja de ser cabeza de una mujer sensualizada en la ropa interior sin perder la sutil dosis de intelección en la imago picasiana. El ojo nos concede su “mirada inteligente” como muy bien nos podría decir José Antonio Marina. Y es un ojo que sobresale y nos despierta. Nos avizora y le avizoramos. Nos acecha y no podemos vencer la tentación de acecharlo. Así tenía que ser, pues esta “Mujer Parisina” participa de la posmodernidad metapoética en que la mirada del otro es refugio y atajo, sendero y vértigo. El acierto meta-cubista de Luis Gilberto Caraballo consiste en hacernos partícipes de su invención plástica. Cabeza y torso: Extrapolación y metamorfosis que energizan con su ductilidad y maleabilidad todo el cuadro. Y no sólo eso. El fondo de esta tela juega un papel de insoslayable primacía. A veces pensamos que el fondo está más en primer plano que la misma “Mujer Parisina”. Los espacios geometrizados volumétricamente en diferentes niveles arquitectónicos composionales dotan a este fondo de una relevancia sin par. Y es un espacio sígnico que adquiere vida propia cada vez que volvemos a observarlo moviéndose de aquí para allá en un movimiento autógeno persistente. Produce una ilusión metapoética altamente interesante para un espectador acucioso y prevenido que deambule su mirar desenfadadamente por unos minutos en cada detalle gráfico de este lienzo metapoiético cubista.",1]


El artista plástico y escritor venezolano Luis Gilberto Caraballo ejerce su labor heurística a favor de una revisita al cubismo metapoético para reinventar la visión de una fémina idealizada mil veces ad infinitum en su lienzo “Mujer Parisina”. Cabeza y torso: Metafiguración extrapolada. La cabeza es torso y el torso no deja de ser cabeza de una mujer sensualizada en la ropa interior sin perder la sutil dosis de intelección en la imago picasiana. El ojo nos concede su “mirada inteligente” como muy bien nos podría decir José Antonio Marina. Y es un ojo que sobresale y nos despierta. Nos avizora y le avizoramos. Nos acecha y no podemos vencer la tentación de acecharlo. Así tenía que ser, pues esta “Mujer Parisina” participa de la posmodernidad metapoética en que la mirada del otro es refugio y atajo, sendero y vértigo. El acierto meta-cubista de Luis Gilberto Caraballo consiste en hacernos partícipes de su invención plástica. Cabeza y torso: Extrapolación y metamorfosis que energizan con su ductilidad y maleabilidad todo el cuadro. Y no sólo eso. El fondo de esta tela juega un papel de insoslayable primacía. A veces pensamos que el fondo está más en primer plano que la misma “Mujer Parisina”. Los espacios geometrizados volumétricamente en diferentes niveles arquitectónicos composionales dotan a este fondo de una relevancia sin par. Y es un espacio sígnico que adquiere vida propia cada vez que volvemos a observarlo moviéndose de aquí para allá en un movimiento autógeno persistente. Produce una ilusión metapoética altamente interesante para un espectador acucioso y prevenido que deambule su mirar desenfadadamente por unos minutos en cada detalle gráfico de este lienzo metapoiético cubista.
La sensación de profundidad en la inteligente perspectiva es un recurso eficazmente logrado por el diestro pincel de Luis Gilberto Caraballo. Así la mujer semi-desnuda o el\r\n ojo mirándonos son hallazgos heurísticos dirigidos hacia una cosmovisión óptica en que la mirada nunca es la misma. Mil veces miramos este cuadro y mil veces el sentido se extrapola entre las formas de un modo metapoéticamente inusitado.


Meta-Decálogo de la Extrapolación
Luis Gilberto torna la cabeza en torso
Y nuestra mirada es la del otro.
Volvemos a lo recóndito del lienzo
Sin percatarnos del río de Heráclito.
Quisiera ser centro en la “Mujer Parisina”",1]

La sensación de profundidad en la inteligente perspectiva es un recurso eficazmente logrado por el diestro pincel de Luis Gilberto Caraballo. Así la mujer semi-desnuda o el ojo mirándonos son hallazgos heurísticos dirigidos hacia una cosmovisión óptica en que la mirada nunca es la misma. Mil veces miramos este cuadro y mil veces el sentido se extrapola entre las formas de un modo metapoéticamente inusitado.

Meta-Decálogo de la Extrapolación

Luis Gilberto torna la cabeza en torso
Y nuestra mirada es la del otro.
Volvemos a lo recóndito del lienzo
Sin percatarnos del río de Heráclito.
Quisiera ser centro en la “Mujer Parisina”
Y ni siquiera acierto a ser orilla.

Sensualizada en la noche deambula
No sólo en París o en Caracas.
También desanda nuestras mentes
Trastocando mil veces los sueños.

Síntesis:

Y ni siquiera acierto a ser orilla.
Sensualizada en la noche deambula
No sólo en París o en Caracas.
También desanda nuestras mentes
Trastocando mil veces los sueños.

Síntesis:

Luis Gilberto Caraballo aúna sus dotes de poeta a su sensibilidad plástica y de esa manera sale de sí mismo a instaurar con nuevos significados su expresión metapoética. Profundo, lúcido y dándose por entero en cada proyecto, Luis Gilberto se reinventa una y otra vez en el metapoema o en la metapintura. Su pasión creativa nos deslumbra. Desde Venezuela, se extiende al orbe y así engrandece sus desvelos creativos con un nuevo sentido.

Orlando Alcántara F. (CRISTORLY) \r\nUnitario Universalista Bíblico\r\nE-Mail: cristorly@yahoo.com Web: http://jesus.95mb.com
Grupo: http://espanol.groups.yahoo.com/group/cristorly
Tel.: 809-528-0168

Luis Gilberto Caraballo aúna sus dotes de poeta a su sensibilidad plástica y de esa manera sale de sí mismo a instaurar con nuevos significados su expresión metapoética. Profundo, lúcido y dándose por entero en cada proyecto, Luis Gilberto se reinventa una y otra vez en el metapoema o en la metapintura. Su pasión creativa nos deslumbra. Desde Venezuela, se extiende al orbe y así engrandece sus desvelos creativos con un nuevo sentido.