sábado, 7 de enero de 2017

El barco serpentea eterno, efímero

            Todo el verde aplacador del mundo
            ahogándose en el mar, trepando montañas hasta el cielo
             y corriendo en el río escuela de desnudez
           
 y en la vaca nostálgica del viento
                                       Jorge Carrera Andrade
Un barco asoma
- su arista 
base en proa de lluvia
va serpenteando,
en interludios
escenas;
una película perfecta
para el cineasta onírico.
Inmaculado sobre el agua.
Su sinuosidad
encubre los faros del atalaya;
en sol austero del cenit.
Un tremedal de misterios en el fondo
acertijos y embragues del viaje
saltan a los lados.
Dejan futuros al vuelo,
las gaviotas se van
con la ventisca,
el festín y la embriaguez,
tierras ligeras lo acompasan
sin muros,
con el horizonte
y la levedad encima.

miércoles, 4 de enero de 2017

Mirando el mar


Cuando lees
me iluminas,
y ves
que no soy el único
intenta
no caer en el vacío.
Y mi gratitud, es oxígeno
eternamente entra
sobre mi,
y le canta a la vida
que valió la pena.
Estar un día,
quizás años,
para escribir
algunas líneas.
Aunque,
estas parezcan
inconexas.

Representan la esperanza,
una religión oculta
atrae
a los hombres, niños, mujeres.
A hilar,
despertar
sobre sí,
sus canciones incontenibles
y las emociones.
La sensibilidad de estar
en estas horas, 
mucho más allá.
Y tocar las olas puras
e ínfimas 
de un mar profundo
de versos
pero, revitalizan
el espéritu 
y es el sentir otra vez.
Cuando lees me iluminas
al salir del olvido, la frialdad,
y estas líneas
serían solo líneas solitarias
sin tu mirada.
Por ello
necesitan
tu recorrido
y no habrá fronteras
para ello
Solo necesitan tocar las olas
de un mar de versos.......
Luis Gilberto Craballo 2017

lunes, 2 de enero de 2017

La Casa Muerta



         Yo quisiera estar entre vacías tinieblas,
          porque el mundo lastima cruelmente mis sentidos y
         la vida me aflige, impertinente amada
         que me cuenta amarguras.
                                         J.Ramos Sucre.
Lo inevitable,
la puerta indetenible
la casa paralela,
con la cual nos tropezamos,
sin escurrir el alma.

Aparece
y aquel mar asoma
su bramar sobre un azul cristalino

Estamos hechos
de esas puertas ínfimas,
de esas hendijas.


Aunque avancemos
por molinos de viento y olivos
hacia el mediterráneo,
o nos tropecemos con un galerón
frente
a las costas de Cumaná
aventados.
O si morimos
en los puntos medios,
sostenidos por nuestra miseria.
No faltará lo inevitable;
sus átomos de alquimia
Y no solo,
seremos formas,
expresivas, siluetas
movidas por el circo.
Toparemos con la tierra de los
tótem, invocándolos;
callan su reverberar
sus mitos,
nuestras raíces.
Estarán a lo mejor,
en los vitrales,
en alguna mesa
redonda de caballeros medievales.

Sueñan
sus parpados transparentes,
transcriben halos; papiros de luz,
se ciernen
en círculos opacos
.

Quizás  dibujen desde algún ritual  
los Cumanagotos,  
buscan hilar el instinto sideral 
entreabren  el cielo Shamánico 

¿De cuántas puertas y círculos estaremos hecho? 

Este día,  
          no me asumo en lo inevitable, 
en su duelo 
por alcanzarme y tropezarlo. 
Y es el tiempo 
me lleva ciego, 
ofusca su luna. 
Me hace sordo, roto 
mudo. 

Al final, me anuda 
a la intemperie, a la tempestad. 

Para no ver partir, 
para no devolverme 
ausente, muerto 

Hoy viviré en esos senderos, 
 me encuentro con la casa muerta 
sin puertas,  

sellada, abierta a lo inevitable

Luis Gilberto Caraballo
Poemario inédito. Espiral del mar