viernes, 28 de diciembre de 2007

Mensaje Fin de año 2006


Era lunes
y olía a fin,
se fueron los soles del año
la lluvia de los amigos,
quedaron; las tazas de café al amanecer,
el relámpago de la noche,
los pies de horas interminables
y de un destino sin cumplir.
Así como también, quedo el incienso,
de un poema leído
bajo el candil de la esperanza,
y un reloj detenido
en el andén de la vida
zurcido entre abismos.
Las calles estaban rebosadas de angustias.

Aparecía un temblor,
que cegó la lengua
y olía a panque. Se amasijaba
con el futuro, y el pasado.

Las agujas de las arañas
enhebraron,
su silencio
y a la catedral metálica,
del pájaro, que dejaba sus tierras y se elevó al mar.

Ahí, estaban las amapolas
en sus capullos,
arrullando, el coito de las miradas limpias.
La playa desnuda, asoleada por el amarillo
y el olor a coco,
era el tiempo que se nos iba.
Era el árbol de las hojas de pino y de luces.
Lunes, sí casi lunes
y otro año se iba,
sin preguntar.
Tan solo era eso, se iba
a descansar
en un sueño.
Y algunos regalos, bajo su sombra,
quedarán arraigados,
como sus hijos en tierra.

Estuvimos frente a frente
entregados ,
bogando
entre parajes y sorpresas.

Ahora, nos quedan solo noches,
y aún podemos decir, imaginar
reír, decidir.
Y aún, es lunes,
y no se ha terminado el mundo.
Aunque olía a fin,
nos seguiremos viendo.
Aunque fenezca,
sabremos que nos dimos,
y aún,
no nos vence el tiempo efímero,
pero como va pasando.
Y aún, hay caminos
interminables por ver.
Volverán, como los soles que llegan.
Las noches que no se agotan,
aún, no nos iremos,
aún podremos.

Luis Gilberto Caraballo
Dic 2006

No hay comentarios: